"¿Y cómo es posible que un sistema basado en la nada, tan evidentemente irracional, vulnerable a la infiltración de la usura y la especulación, siga teniendo el respaldo de gran parte de la población, de políticos y de teóricos de la economía?.
Los hombres en la baja edad media no querían renunciar a sus creencias en la vida del más allá por una cuestión de estabilidad psicológica (y espiritual, por ende). Si la población acepta que el sistema financiero se sostiene en una entelequia (o en una estafa, si me apuran), ahora no solo es una cuestión de seguridad psicológica, sino de derrumbe de las bases del “bienestar”, ya que en nuestro tiempo hemos definido la dignidad humana y su posición en el flujo vital mediante la tenencia de valores materiales."
José Andrés Peig
30 octubre, 2009
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