El estrés y el exceso de trabajo disminuyen de forma habitual el tiempo de sueño. Además de padecer cansancio e irritabilidad, quienes no descansan un número suficiente de horas son dos veces más propensos a morir por enfermedad cardiaca respecto a los que reposan de manera adecuada, según un estudio de la universidad británica de Warwick.
La falta de sueño se relaciona con el aumento de la presión sanguínea, lo que a su vez se vincula al incremento del riesgo de sufrir un ataque cardíaco y accidentes cerebrovasculares. Según la investigación, los que reducían el sueño de siete a cinco horas o menos por noche tenían 1,7 veces más riesgo de morir por cualquier causa, y más del doble de padecer una muerte de origen cardiovascular que aquellos que dormían siete horas. Pero el estudio reveló también que no se debe dormir más de la cuenta, ya que pasar más de nueve horas en la cama está ligado a problemas como la depresión y fatiga asociada a distintas patologías.
Fuente: revista Consumer
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